#AvesEnSuNido

Quiero comenzar la serie con fotos de #AvesEnSuNido con la reina de las selvas del Orinoco, la imponente Águila Harpía (Harpia harpyja), una de las aves más poderosas del planeta.

Cuando éramos destino de turistas observadores de aves, tuvimos la fortuna de conocer los nidos ubicados en la reserva forestal de Imataca, sector Río Grande, donde el profesor Alexander Blanco @alexanderblancomarquez ha realizado un importante estudio acerca de la biología reproductiva de este icono de nuestro país.

A propósito, ¡lo que ven en la foto es el pichón!

 

Para seguir aprendiendo de este fabuloso grupo de vertebrados, nos movemos al Hato El Cedral, Llanos del Orinoco, Venezuela.

¿Por que este Gallito de Laguna parece tan alarmado? ¡Revisa la parte inferior izquierda de la foto y lo descubrirás!

Esos tres huevos blancos con vetas oscuras y colocados sobre vegetación flotante es el nido de esta especie.

Ahora bien, ¿cómo sabemos si este individuo es el macho o la hembra? En el caso de esta especie, podemos decir con certeza que es el macho, ya que es a quien le corresponde la incubación y manutención de los juveniles. Si, leíste bien: ¡el macho es el que hace la tarea dura!

 

 

Para finalizar nos vamos la Cima del Roraima tepui. Estado Bolívar. 22 de mayo del 2005.

Aquí quiero compartir una interesante experiencia. Cómo guía de turismo de observación de aves (aviturismo) he tenido la fortuna de subir al tepui Roraima (estado Bolívar) más de 30 veces. Cada subida ha sido una nueva experiencia y un cúmulo de aprendizajes.

Una de esas grandes experiencias sucedió en el año 2005, cuando pudimos documentar lo que creemos fue el primer registro de nido de un endémico de los tepuis (Pantepui): el Cucarachero de Pantepui (Troglodytes rufulus).

Entender cómo las cornisas y hendiduras en la arenisca representan un excelente refugio y lugar de anidación para las aves de Pantepui es un aspecto primordial para comprender sus biología reproductiva. En este caso, este nido consistió en una estructura relativamente redonda, con entrada oblicua en la parte superior y anclado en una pequeña cornisa, con presencia de “terraza” de despegue y aterrizaje y construido con fibras relativamente largas con respecto al largo total del ave que es de 12.2 centímetros (no se tomaron medidas de la fibra para no afectar a los pichones).

Se estimó un diámetro externo de 13 centímetros x 9 centímetros de profundidad. No se midió dimensiones internas para no afectar los pichones. El nido fue construido en una hendidura en la arenisca a unos tres metros de altura sobre la parte plana más extensa de la formación rocosa en la cima del tepui.